No solo el ictus isquémico agudo precisa de una actuación urgente y activa, también en el caso de los ictus hemorrágicos, se encuentran cada día más alternativas terapéuticas para mejorar su pronóstico.
Se impone la evacuación de los hematomas, a través de un catéter, con el uso de fibrinolíticos a dosis bajas, que permitan drenar más facilmente la colección hemática:
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