El amiloide en el cerebro tiene un comportamiento proteico, como proteica es su naturaleza. Clinicamente puede presentarse de muy diversas maneras, ya sea como cuadros focales deficitarios, comiciales, como cuadros subagudos en forma de encefalopatías, o crónicos a modo de deterioro cognitivo. Pero también desde el punto de vista radiológico, la variedad de patrones que puede mostrar es muy amplia: aparte de los característicos microsangrados evidenciables en las secuencias de eco-gradiente en resonancia, y de los hematomas lobares, puede manifestarse de forma aislada como ictus isquémicos, leucoaraiosis periventricular, leucoencefalopatía edematosa subcortical, o como masas en el caso de los amiloidomas. Hemos pues de tener en cuenta a esta patología cerebral camaleónica, en cualquier paciente que acuda a nuestra consulta y que haya cumplido ya los 50 años.
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