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Esta variedad de fenómeno paroxístico se relaciona con placas desmielinizantes a nivel del mesencéfalo. La fisiopatología involucrada en su génesis es una alteración en las vías cerebelo-tálamo-corticales, debido a la transmisión efáptica entre axones paralelos dañados a nivel de la placa. La carbamacepina, un estabilizador eléctrico, produce mejorías dramáticas en estos cuadros.
El fenómeno de disartria-ataxia paroxística no es exclusivo de las enfermedades desmielinizantes, los infartos de tronco cerebral, u otro tipo de lesiones mesencefálicas son capaces de desencadenarlos. En las ataxias episódicas hereditarias, también la aparición de fenómenos transitorios obedece a un trastorno en los canales iónicos, en este caso primario. La acetazolamida, un fármaco empleado en el tratamiento de estas enfermedades, también resulta útil en la disartria-ataxia paroxística secundaria. Determinados precipitantes como la hiperventilación, capaz de modificar cambios iónicos en el organismo, son comunes a ambos procesos.
Imagen copiada de Neurology November 14, 2006 vol. 67 no. 9 1684-1686
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